domingo, 31 de enero de 2010


- TODAS LAS FICHAS TIENEN IGUAL IMPORTANCIA -

sábado, 30 de enero de 2010


- UNA JUVENTUD A LA INTEMPERIE ... -

viernes, 29 de enero de 2010

miércoles, 27 de enero de 2010

UNA TUMBA EN DINAMARCA


Desde hace doscientos dos años, en un lugar perdido de la costa danesa frente a la isla de Fionia, donde siempre llueve y hace frío, hay una tumba solitaria. Tiene una cruz y dos sables cruzados sobre una lápida, y está pegada al muro del cementerio de San Canuto, en Fredericia. De vez en cuando aparece encima un ramo de flores; y a veces ese ramo lleva una cinta roja y amarilla. Esto puede llamar, tal vez, la atención de quien pase por allí sin conocer la historia del hombre que yace en esa tumba. Por eso quiero contársela hoy a ustedes.

Se llamaba Antonio Costa, y en 1808 era capitán del 5.º escuadrón del regimiento del Algarbe: uno de los 15.000 soldados de la división del marqués de la Romana enviados a Dinamarca cuando España todavía era aliada de Napoleón. Después del combate de Stralsund, la división había pasado el invierno dispersa por la costa de Jutlandia y las islas del Báltico. Al llegar noticias de la sublevación del 2 de Mayo y el comienzo de la insurrección contra los franceses, jefes y tropa emprendieron una de las más espectaculares evasiones de la Historia. Tras comunicar en secreto con buques ingleses para que los trajesen a España, los regimientos se pusieron en marcha eludiendo la vigilancia de franceses y daneses. Por caminos secundarios, marchando de noche y de isla en isla, acudieron a los puntos de concentración establecidos para el embarque final. Unos lo consiguieron, y otros no. Algunos fueron apresados por el camino. Otros, como los jinetes del regimiento de Almansa, recibieron en Nyborg la orden de sacrificar sus caballos, que no podían llevar consigo; pero se negaron a ello, les quitaron las sillas y los dejaron sueltos: medio millar de animales galopando libres por las playas. En Taasing, viéndose perseguidos por los franceses y cortado el paso por un brazo de mar que los separaba de la isla donde debían embarcar, algunos del regimiento de caballería de Villaviciosa cruzaron a nado, agarrados a las sillas y crines de sus caballos. De ese modo, cada uno como pudo, aquellos soldados perdidos en tierra enemiga fueron llegando a Langeland, y 9.190 hombres –sólo unos pocos menos que los Diez Mil de Jenofonte– alcanzaron los buques ingleses que los condujeron a España; donde, tras un azaroso viaje, se unieron a la lucha contra los gabachos.

Como dije antes, no todos pudieron salvarse: 5.175 de ellos quedaron atrás, en manos de los franceses. Algunos terminarían alistados forzosos en el ejército imperial, en la terrible campaña de Rusia –a ellos dediqué hace diecisiete años la novelita La sombra del águila–. Otros se pudrieron en campos de prisioneros, o quedaron para siempre bajo tres palmos de tierra danesa. El capitán Antonio Costa fue uno de ésos. A causa de la indecisión de sus jefes, el regimiento de caballería del Algarbe perdió un tiempo precioso en emprender su fuga hacia la isla de Fionia, donde debían embarcar. Por fin, cuando Costa, un humilde y duro capitán, tomó el mando por propia iniciativa, desobedeció a sus superiores y se llevó a los soldados con él, ya era demasiado tarde. En la misma playa, casi a punto de conseguirlo, el regimiento fugitivo vio bloqueado el paso por el ejército francés, con los daneses cortando la retirada. Furioso, el mariscal Bernadotte exigió la rendición incondicional, manifestando su intención de fusilar a los oficiales y diezmar a la tropa. Entonces el capitán Costa avanzó a caballo hasta los franceses y se declaró único responsable de todo, pidiendo respeto para sus soldados. Luego, no queriendo entregar la espada ni dar lugar a sospechas de que había engañado o vendido al regimiento llevándolo a una trampa, se volvió hacia sus hombres, gritó «¡Recuerdos a España de Antonio Costa!» y se pegó un tiro en la cabeza.

Así que ya lo saben. Ésta es la historia de esa lápida pegada al muro del cementerio de San Canuto, en Fredericia, Dinamarca. La tumba solitaria de uno que quiso volver y pelear por su patria y su gente. Reconozco que eso no suena políticamente correcto, claro: pelear. Esa palabra chirría. Tan fascista. Nuestra ministra de Defensa habría criticado, supongo, la intransigencia dialogante del tal Costa –maneras autoritarias y poco buen rollito, misión que no era estrictamente de paz, gatillo fácil–; y monseñor Rouco, nuestro simpático pastor de ovejas, su falta de respeto a la vida humana, empezando por la propia, incluido un serio debate sobre si, como suicida, tenía derecho a yacer en tierra consagrada, o no lo tenía –igual hasta era partidario del aborto, el malandrín–. Lo mío es más simple: el capitán Costa me cae de puta madre. Su tumba solitaria me suscita un puntito de ternura melancólica. Ese cementerio lejano, frente a un mar gris y extranjero. Por eso hoy les cuento su vieja, olvidada historia. Por si alguna vez se dejan caer por allí, o están de paso por las islas del Norte y les apetece echar un vistazo. A lo mejor hasta tienen unas flores a mano.


ARTURO PÉREZ-REVERTE

17 de Enero de 2010

martes, 26 de enero de 2010

Las costumbres jurídicas de Asturias

El Derecho Consuetudinario asturiano ya convive en el ámbito jurídico con el común

Veintiún figuras integran la compilación del Derecho Consuetudinario asturiano que, según Ignacio Arias, director del equipo de investigación de la Comisión Especial de Derecho Consuetudinario de Asturias, «da una imagen fotográfica de cada una de las costumbres jurídicas tal y como se aplican hoy y tal y como se perciben por quienes se rigen por ellas en sus relaciones jurídicas». Son: «andecha», «antoxana», aparcería, arriendo, «bistechu», casería, cierres, compaña pesquera, compraventa de animales, comunidades, empeño, facería, hórreo-panera, poznera, prinda, servidumbre de paso, servidumbre de polea para la extracción de algas de «arribazón» y de «litoral», sestaferia, sociedad familiar asturiana, testamento mancomunado y viudedad universal.

El artículo 16 del Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias, en vigor desde el 11 de enero de 1982, obligaba a la autonomía a impulsar «la conservación y, en su caso, la compilación del Derecho Consuetudinario asturiano». Tuvieron que pasar 27 años -en 2007 concluyó la tarea en el Parlamento regional- hasta que las peculiares instituciones jurídicas propias del Derecho asturiano se compilaran y convivieran ya con el Derecho común. Únicamente faltaba su publicación porque, hasta el momento, sólo podían leerse en el «Boletín Oficial de la Junta General del Principado».

La «Compilación del Derecho Consuetudinario asturiano», un libro de reciente aparición editado por Losada, incluye un prólogo de Ignacio Arias, en el que relata los aspectos más relevantes de los trabajos desarrollados desde el nacimiento de la idea, así como el valor de la compilación, que viene siendo utilizada por los Tribunales de Justicia de Asturias, en especial, por la Audiencia Provincial, como medio de prueba de la costumbre. El libro, según Ignacio Arias, «promueve la difusión de la compilación poniéndola a disposición de los operadores jurídicos -jueces y abogados- y del público en general».

Pese a ser Asturias una de las autonomías con un tradicional y reconocido Derecho Consuetudinario, en el borrador del anteproyecto del Estatuto de Autonomía no figuraba referencia alguna a este asunto. Ignacio Arias efectúa en el prólogo un repaso histórico y da cuenta de los pasos y de las intervenciones de grupos y personalidades que contribuyeron a su reivindicación. Destaca, por ejemplo, una alegación de Conceyu Bable al anteproyecto del Estatuto elaborado por la llamada «Comisión de los 24» en el que ya se incluía el Derecho Consuetudinario asturiano. También cita alegaciones de Marcelino Arbesú Vallina y de Antonio Masip, con referencias a estudios de Francisco Tuero Bertrand, Fermín Canella e Ignacio de la Concha, lo que da idea de la importancia de esas costumbres jurídicas en la historia de Asturias.

Las 21 figuras:

Compilación.
La Junta General del Principado aprobó en 2007 la compilación del Derecho Consuetudinario asturiano. La editorial Losada edita ahora el texto jurídico.

1. «Andecha»
2. «Antoxana»
3. Aparcería
4. Arriendo
5. «Bistechu»
6. Casería, cierres
7. Compaña pesquera
8. Compraventa de animales
9. Comunidades
10. Empeño
11. Facería
12. Hórreo-panera
13. Poznera
14. Prinda
15. Servidumbre de paso
16 y 17. Servidumbre de polea para la extracción de algas de «arribazón» y de «litoral»
18. Sestaferia
19. Sociedad familiar asturiana
20. Testamento mancomunado
21. Viudedad universal

lunes, 25 de enero de 2010

EL CAMIN DE SANTIAGO POR ASTURIAS (IV)


CAMINO PRIMITIVO




(Oviedo-Fonsagrada) 9 etapas, un total de 154 kilómetros. Según la ruta que siguió el monarca, el camino transcurre inicialmente por los municipios de Oviedo y las Regueras para entrar en Grado después de atravesar el rio Nalón por el Puente de Peñaflor. Por el territorio de Grado cruzó también una calzada romana que penetraba en Asturias por el Puerto de la Mesa. Hay referencias de la existencia de tres hospitales en el concejo. Tras el Santuario del Fresno nos adentramos en Salas. Estamos probablemente ante una de las etapas con mayor densidad monumental del Camino primitivo asturiano. En el territorio salense hubo varios hospitales de peregrinos. Hay constancia de la existencia de hospitales en: Cornellana, Salas, La Espina, Labio y Faedo. El Camino continúa hacia Tineo por la margen derecha del rio Nonaya. Allá por 1222 el rey Alfonso IX mandará que todos los peregrinos transiten por Tineo y por el Monasterio de Obona. Abandonamos el muncipio en La Lavadoira para adentrarnos en el concejo de Allande y acercarnos a su capital municipal, Pola de Allande, que cuenta con albergue. Es uno de los tramos más despoblados de todo el itinerario jacobeo asturiano, pero tiene el particular encanto de disfrutar de uno de los más bellos parajes de la montaña asturiana que nos conducen a Grandas de Salime, el último concejo de esta ruta en tierras del Principado y que nos deleita con dos visitas obligadas: la Iglesia Parroquial de San Salvador de excelente portada románica, y el Museo Etnográfico, todo un referente de la cultura tradicional asturiana.



Imagen de Alfonso II en Oviedo




Puente de Peñaflor ( Grao )



Vista desde el Monasterio de Fresno





Salas




Monasterio de Santa Maria la Real de Obona




Pola de Allande




Iglesia parroquial de San Salvador ( Grandas )

martes, 19 de enero de 2010

EL CAMIN DE SANTIAGO POR ASTURIAS (III)

RUTA COSTERA OCCIDENTAL



(Oviedo-Santiago de Abres) 7 etapas, un total de 155 kilómetros. Avilés, fundada en el año 1100, es la villa costera más antigua de la ruta. En dirección a ella, el camino recorre las feligresías de Santa Eulalia del Valle y San Juan de Tamón, en Carreño, y la de San Vicente de Trasona, en el vecino concejo de Corvera. Luego se introduce en el casco antiguo de Avilés por la calle del Rivero, donde hubo un hospital de peregrinos, próximo al actual albergue, y va descubriendo a su paso notables monumentos de época medieval. De Avilés pasa al concejo de Castrillón, donde atraviesa Quiloño, Piedras Blancas, la capital municipal, y Santiago del Monte. Se dirige seguidamente al río Nalón, cuyo cauce supera, en términos del concejo de Soto del Barco, por el puente de la carretera N-632, situado a los pies del castillo medieval de San Martín. Continúa, ya en tierras del concejo de Cudillero, por los lugares de El Pito, donde se encuentra el magnífico conjunto arquitectónico de los Selgas, y Soto de Luiña, donde pasa entre la iglesia barroca de Santa María y la casa del hospital de Nuestra Señora del Rosario. Luarca conserva viejas casas blasonadas y bonitas construcciones indianas. En Almuña, en las inmediaciones de la villa, está instalado un albergue de peregrinos. La ruta continúa hacia Navia vadeando el río Frejulfe. En la parte alta de Navia, que estuvo amurallada, se conservan algunas edificaciones de época moderna; en el ensanche, se ubican bellos palacetes de indianos. Una vez rebasada la ría, el Camino recorre, en rápido tránsito, el concejo de Coaña, recalando en el hospital y capilla de Santa Ana en Jarrio y en el lugar de Cartavio, antes de aventurarse por el concejo de El Franco, cuya capital, La Caridad, atraviesa. La ruta franquea el río Porcía, límite entre los concejos de El Franco y Tapia de Casariego. Un ramal del Camino conduce a Tapia de Casariego, capital del homónimo concejo, que dispone de albergue. Ya en tierras del concejo de Vegadeo, y tras atravesar su capital, tomamos el Camino Real de Bustelo que lleva al río Eo y a las villas de Figueras y Castropol. Ambas localidades contaron históricamente con hospital de peregrinos. Desde ellos puede cruzarse la ría, como antaño, gracias a un servicio que regularmente efectúa el paso a Ribadeo, primera localidad gallega que recibe el Camino de la Costa.




Aviles




Castillo medieval de San Martin




El Pito ( Cudillero )




Tapia de Casariego




Ria del Eo

sábado, 16 de enero de 2010

jueves, 14 de enero de 2010

EL CAMIN DE SANTIAGO POR ASTURIAS (II)


Ruta Costera Oriental



(Bustio-Oviedo). Consta de 6 etapas que suman 128 kilómetros. El camino del Norte se adentra en Asturias por Bustio, y el camino a partir de aquí ofrece un paisaje de ríos, playas, acantilados,prados verdes y blanca caliza hasta llegar a la costa jurásica y la sierra del Sueve. Lo primero que atraviesa es el curso fluvial del Deva por el puente de Bustio, tendido entre Cantabria y Asturias. El Camino atraviesa seguidamente Colombres, capital del concejo de Ribadedeva, una tranquila villa donde se levantan suntuosos casonas de indianos, como La Quinta de Guadalupe, hoy sede del Archivo de Indianos. Rumbo a la villa de Llanes, el camino avanza a la sombra de la Sierra de Cuera, cruzando los lugares de Buelna, Pendueles, Vidiago, y Puertas de Vidiago. Llanes capital presenta un rico patrimonio histórico, con parte de sus murallas y edificios de época medieval y bellos palacios urbanos de los siglos XV-XVIII. Después la calzada discurre cerca del monasterio de San Salvador de Celorio y la iglesia románica de San Antolín de Bedón. Superada la hermosa localidad de Nueva y el puente del Aguamía, se alcanza la villa de Ribadesella. La ruta jacobea sigue el trazado de lo que antiguamente era la calle Mayor -ante soportales y casas blasonadas de los siglo XVI-XIX y la fachada plateresca del palacio renacentista del Cutre, hoy Ayuntamiento. Por el puente sobre el río Sella se llega al arenal de Santa Marina, desde allí el trazado jacobeo se dirige a San Pedro, Abeu y Leces, donde hay un albergue de peregrinos. El Camino abandona el concejo de Ribadesella por la bella y extensa playa de Vega y la aldea de Berbes. Recorre a continuación, muy cerca del mar, la costa del concejo de Caravia y desemboca en la playa y venta de La Espasa, ya en términos del concejo Colungués. Por Bueño y Covián se acerca a la villa de Colunga que preserva la capilla de su hospital de peregrinos y su antigua parroquial románica. En Villaviciosa se encuentra Nuestra Señora de la Oliva, iglesia protogótica. Más adelante, el Camino discurre al lado de la iglesia románica de San Juan de Amandi y rebasa el río Valdediós por el puente de Amandi. La Ruta de la Costa prosigue su andadura por Grases y Niévares, va en busca de la ciudad de Gijón, a la que se aproxima por las parroquias de Deva y Cabueñes, donde se levanta la Universidad Laboral.






Casa de indianos de Colombres




La sierra de Cuera y del Sueve




Ribadesella




Playa de la Espasa




Iglesia romanica de San Juan de Amandi




Uiversidad laboral de Gijon

lunes, 11 de enero de 2010

EL CAMÍN DE SANTIAGO POR ASTURIAS (I)

RUTA DE EL SALVADOR



(Puerto de Pajares-Oviedo). Esta es la conocida Ruta Interior y consta fundamentalmente de dos etapas que suman 58 kilómetros y medio. El Camino transita cerca de altas cumbres, bosques de hayas, extensas praderas y vertiginosos valles leoneses. Ya en tierras asturianas se encuentra la primera de las joyas prerrománicas que hallará el peregrino: Santa Cristina de Lena en el concejo de Pola de Lena. En este concejo podremos descansar en un albergue. Después, rumbo a la cercana villa de Mieres del Camino, la calzada jacobea atraviesa el lugar de Villallana y la localidad mierense de Ujo, punto obligado de referencia que conserva la mejor iglesia románica de la zona. A partir de aquí el Camino entra en el pasaje industrial de la Asturias central, prosiguiendo su avance por la vega del río Caudal. En la localidad de Olloniego se localiza un interesante conjunto histórico integrado por un viejo puente medieval y la Casatorre de los Quirós. En dirección a la capital asturiana, atravesamos La Manjoya y San Lázaro del Camino. Ya en el casco urbano, el itinerario recorre la calle de La Magdalena, llega a la plaza del Ayuntamiento y continúa hasta la plaza de la Catedral.





Puerto de Pajares



Santa Cristina de Lena



Iglesia romanica de Ujo



Olloniego ( puente medieval y casatorre de los Quiros )


Catedral de Oviedo

viernes, 8 de enero de 2010

PIDEN RECONQUISTAR AL -ANDALUS




Llevan tiempo oyéndose los tambores de guerra desde la otra parte del Mediterráneo, y a comienzos de este año la organización terrorista islámica renueva su ofensiva sobre las naciones occidentales poniendo en el centro de su diana a España y a Francia.

Al Zawahiri afirma que “reconquistará Al Andalus” tras "desinfectar" el Magreb de los “infieles”, es decir, de los ciudadanos españoles y franceses.

"Nuestras razias no abarcarán simplemente el Sáhara musulmán, sino que irán hasta Al Andalus, que está ante nuestros ojos. Con la ayuda de Alá recuperaremos la tierra y lo que fue saqueado a nuestros antepasados".

Pero sin darnos cuenta la invasión ya a empezado, incluso a empezado una evasión mas peligrosa aun, la cual se esta haciendo en silencio. La invasión "pacifica", con Europa llenándose de musulmanes que tienen 8 hijos e implantando sus costumbres. Quien pensaba hace años que se iba a realizar en Europa una votación para ver si se colocaba un minarete, o que un propio ayuntamiento como el de Sevilla tuviese en mente regalar terrenos para realizar una mezquita.

Y no nos damos cuenta que al final nos dañamos a nosotros mismo a nuestra propia, cultura y raíces, cuando otros se preocupan por sus cosas por su historia por su cultura y tradiciones, nosotros nos preocupamos simplemente por su integración la cual nunca se llega a producir ya que como siempre pretenden llegar e instaurar sus formas de vida. Y como esta sociedad es así, se les deja que hagan lo que quiera no te vayan a llamar racista, xenófobo o cualquier otra cosa.

Llámame ordenado si quieres

MENTIRES NA MÁS

jueves, 7 de enero de 2010

EL FUERO DE AVILÉS



Es noticia debido a la recuperación de un pergamino fechado en el año de 1155 que es una confirmación del monarca Alfonso VII de todos los privilegios donados anteriormente a Avilés por su abuelo Alfonso VI.

Hoy los partidos PP y PSOE de la corporación municipal se disputan airadamente los méritos y gestiones realizadas para su recuperación y vuelta a Avilés. Una muestra más de que a los partido políticos del sistema no les mueve más que sus intereses partidistas y sectarios, situándose siempre de espaldas al pueblo al que dicen representar.

El fuero de Avilés es el documento en el que se recogen los derechos, exenciones, libertades y privilegios concedidos a la ciudad y a sus habitantes por el rey Alfonso VI en el año de 1085. En 1085, donde ya existía una población desde tiempos romanos. Está considerado, el primer documento escrito en astur-leonés y es sin duda el primer documento jurídico en esta lengua y el primero en Asturias. El fuero de Avilés le da categoría de villa de realego y a lo largo de la Eda Media apoyará siempre a la corona, a quien paga impuestos. Avilés no fue nunca feudo ni tuvo otro tribunal competente que los reales.

El pergamino custodiado en el Archivo Municipal está considerado como el ejemplar más antiguo de todos los documentos que se conservan en Asturias y contiene las pautas legales establecidas siguiendo el modelo del fuero de Sahagún.

El texto está escrito en dos alargadas piezas de pergamino cosido donde se anota el amplio texto legal, redactado en lengua romance con numerosos términos en asturiano y en lengua provenzal, lo que le ha dotado de especial singularidad.

La concesión de un código normativo desde época tan temprana, pone de relieve la importancia estratégica de la villa de Avilés en la Edad Media, siendo durante un largo período de tiempo que se alarga hasta bien avanzada la Edad Moderna, uno de los puertos más importantes de la cornisa cantábrica y el más desarrollado de la región asturiana. Esta característica favoreció el desarrollo de un núcleo urbano cuyos beneficios económicos se vieron estimulados por las actividades comerciales de carácter marítimo e internacional, lo que propició la aparición de una potente burguesía local.

El nuevo manuscrito hallado plantea nuevas evidencias al conocimiento de la historia local y también de Asturias y de la España medieval. Se trata, en palabras del Catedrático titular de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo Ignacio Ruiz de la Peña, de un valioso ejemplar coetáneo del que se conserva en el Archivo Municipal.

Entre las similitudes debe constatarse el formato: de nuevo dos largas tiras de pergamino cosidas para contener un articulado muy extenso. La escritura es también similar aunque diferente. En cuanto al contenido, y a la espera de estudios detallados, ya podemos adelantar que presenta novedades en relación al texto del ejemplar conocido hasta ahora, al incorporar al menos dos nuevas condiciones al articulado.

Debe repararse en la nota dorsal, en la que se anotaron las informaciones esenciales para identificar el documento que se ha conservado, como era costumbre, plegado. En estas notas el escribano establece en el ejemplar conservado en el archivo como «Nº 1. Privilegio del señor rey don Alfonso y de la reyna doña Richa, su mujer, sobre los fueros para la población de Avilés. Legajo 1º».

Por su parte, el nuevo ejemplar localizado e incorporado de nuevo al fondo archivístico avilesino reza como sigue: «Núm.2. Confirmazión de el privilegio sobre la población y fueros de Avilés, de el nuestro señor rey don Alfonso ».

Tenemos una misma numeración correlativa en el archivo (números 1 y 2), una calificación distinta al señalar al primero como «privilegio» y al segundo como «confirmación del privilegio» y el mismo error en la fecha al señalar la era de 1133, cuando en realidad es la era de 1193, o sea el año de 1155. También tenemos una redacción paralela en ambos.

En definitiva, el nuevo pergamino del fuero de Avilés descubierto y adquirido por el Ayuntamiento es, al igual que el conservado en el Archivo Municipal, un manuscrito original y único realizado en la segunda mitad del siglo XII, muy parecido al que ya obraba en Avilés, pero con las diferencias señaladas. Si su recuperación sería de un valor excepcional aunque su formato y contenido fuese exactamente igual al ya obrante en el archivo, ésta se acrecienta por las citadas diferencias, del tipo de letra y de los artículos nuevos incorporados. El documento perteneció en un momento ya lejano a los fondos del Archivo Municipal, tal y como consta el más antiguo de sus inventarios fechado en el año de 1740.

Como anécdota recordar que un joven avilesino de ultraizquierda, hace años, insumiso al servicio militar esgrimió en su defensa el que dicho fuero contemplaba la exención de dicho deber para con la Patria,…de nada le sirvió.



Transcripción del Fuero

El fuero consta de 41 articulos, y comienza así:

In nomine Patris. et Filii. et Spiritus Sancti, cuius regnum et inperium sine fine permanet in secula seculorum, amen. Ego Adefonsus sub Christi gratia Hyspanie imperator, una cum coniuge mea dom(n) a Richa regina et filiis meis Sancio, Fredenando, vel cum sonore mea infante domna Sancia, vobis habitatoribus de Abilies tam presentibus quam futuris, facio karta stabilitatis vobis et ville vestre de illos foros per quos fuit populata villa de Abilies et villa Sancti Facundi tempore avi mei regis domni Adefonsi: ut illos bonos foros habeatis vos, et filii, et nebotes vestri, et omnes successores vestri in villa de Abilies usque in finem seculi firmos et salvos modo sub scripto.

Estos sunt los foros que deu el rei don Alfonso ad Abiliés quando la poblou par foro Santi Facundi; et otorgóla Enperador.



Kinderastur

domingo, 3 de enero de 2010

"Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al siervo, pero no al Señor"


Como ya dijimos el Principado de Asturias fue pionero en el peregrinaje a Santiago. Tres siglos antes de que comenzase el apogeo de esta ruta universal en el siglo XII, el monarca astur Alfonso II El Casto ya se había puesto en marcha hacia la tumba del apóstol. El rey Alfonso II, El Casto conectó la ciudad de Oviedo con Compostela a través de las tierras interiores de la Asturias occidental. El mismo rey dio cumplida información a Carlomagno, y la noticia se propaga con rapidez por toda Europa.
Algún tiempo después, esta ruta primitiva perderá su preeminencia en favor de la que discurre por la Meseta, aunque será transitada con asiduidad entre los siglos XI-XIII, cuando el culto a San Salvador de Oviedo actúa como un poderoso imán para numerosos peregrinos, que se desviaban del Camino francés en León y acudían a venerar el relicario de la Cámara Santa. Desde Oviedo seguían después los pasos de Alfonso II. Pero además del itinerario seguido por el rey, la historia ha decidido que Asturias cuente con varios trazados principales del Camino de Santiago: la ruta de el Salvador, la ruta costera oriental, la ruta costera occidental y el camino primitivo


"La Virgen de Covadonga tiene una fuente muy clara, la niña que de ella bebe, dentro del año se casa"